Querer descubrir el futuro próximo o bien en medio plazo es algo muy habitual. Generalmente a todos les agrada saber qué les ocurrirá y conocer de qué forma deben actuar a fin de que nada malo les suceda.
Las cartas del tarot del futuro dejan, merced a sus símbolos y la interpretación del tarotista, saber el futuro en el amor. Se le pueden hacer preguntas específicas o bien efectuar una tirada general a fin de que la vidente vaya diciendo y la persona vaya escuchando qué le puede suceder.
Existen muchos tipos de tiradas y conforme el género de pregunta que se le haga al tarot y lo que el consultante desee saber se usará una u otra.
La cartomancia se lleva usando como procedimiento de adivinación desde hace cientos y cientos de años. Las barajas más conocidas son las del Tarot de Marsella y el de Rider Waite, si bien hay muchos mazos de cartas en el mercado.
No hay ni un pequeño detalle en cada misterio, así sea menor o mayor, que esté puesto al azar. Todos tienen su significado y un motivo. Entonces, cuando se realiza la tirada se los interpreta exactamente en función de si salen al derecho o al revés y la situación que ocupan en la tirada.
Entonces, una vez las cartas están encima de la mesa, se hace una composición de lugar y, ayudado por esos símbolos, es cuando el tarotista da las contestaciones al consultante de lo que se le pregunta al tarot.
En todo este proceso es esencial tener ciertas dosis de sensibilidad y fe en la vidente, a fin de que fluya desde el interior esa clarividencia con la que poder pronosticarle el futuro a la otra persona.
Descubrir el futuro
Por lo general, las tiradas que un tarotista se pueda hacer no tienen mucho sentido. En ellas solo se pueden ver los símbolos, pero no se puede utilizar esa otra parte de la mente para conseguir una contestación fiable.
No solo se puede emplear el tarot para saber el futuro, también se puede emplear en el amor, la economía, para saber si se está encinta o para cualquier otro tema. Existen múltiples métodos de adivinación a los que se puede recurrir. Por servirnos de un ejemplo, la quiromancia o bien lectura de manos, las runas e inclusive el horóscopo adaptado. Otro gran método para descubrir el futuro es recurrir a la videncia.
La videncia, es una capacitad psíquica singular con la que la persona ya nace, pero que no todas y cada una de las personas la desarrollan a su completo potencial conforme mejoran. Puede ser por diferentes razones como escepticismo o bien sencillamente por el hecho de que de pequeños nos atemorizamos con estas cosas y decidimos esconderlo. Pero muy puntualmente se trata de poder ver “más allá de las cosas”, poder comprender el pasado y presente de una persona (sus inconvenientes) y dar una contestación como guía sobre qué hacer en el futuro, en su nivel más elevado se puede efectivamente descubrir el futuro. El vidente solo guía sobre el mejor camino a tomar en determinado inconveniente, basándose en lo que ve en el aura, chacras y experiencias del pasado.
Existen numerosas “escuelas” en nuestros días que se hacen cargo de intentar avivar esa videncia natural con la que se nace y que entonces “tapamos” al progresar. El budismo y el taoísmo son asimismo religiones y formas de vida que apoyan mucho a esa parte interior que se tiene, y así como la meditación, asisten mucho a desarrollar al límite esta habilidad.
Mas no todas y cada una de las personas que nacen con esta videncia, pueden entonces explotarla completamente, en tanto que es bastante difícil “despertarla nuevamente”.
Las pocas personas realmente que tienen este don y saben emplearlo son los llamados videntes o bien clarividentes naturales. Son personas que no han necesitado estudiar o bien intentar brotar su videncia, sino siempre y en todo momento la han tenido presente en su vida, y la han tratado de manera cuidadosa y respetuosa.
Un punto esencial es tener en claro que un vidente en general, no precisa de otras herramientas como el tarot, las runas, o las gemas para hacer la videncia, mas estas son esenciales en el momento de asistir al vidente en un instante determinado.
La videncia natural no se puede manipular en horario y tiempo, o sea, no se puede seleccionar el instante y hora en la que se va a ver algo. De ahí que, para las personas que son consultadas de manera frecuente para saber su futuro, el vidente emplea las herramientas para asistir a que esa videncia fluya lo máximo posible en ese instante, pero esencialmente, son secundarias.
Dependiendo del vidente en cuestión, se pueden manejar diferentes “métodos”, como imposición de manos, lectura de la palma de la mano, o bien sencillamente mirando a la persona, cada vidente emplea su don de la manera más efectiva para descubrir el futuro.